Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 1 de enero de 2008.- Sindicatos obreros y campesinos de la entidad hicieron un llamado a sus sectores a estar alertas en este inicio del 2008, por la escalada de precios que se avecina con los incrementos a la gasolina, diesel, el gas y las tarifas eléctricas.
Al mismo tiempo, demandaron de los gobiernos federal y estatal que, a través de pactos como el que se firmó el año pasado para estabilizar el precio de la tortilla, se obligue a los empresarios, comerciantes y transportistas, a no elevar sus precios y tarifas por encima de lo que aumentaron los salarios mínimos.
Consideraron que la carestía en nuestro país se acrecentará este año, en lugar de disminuir, ya que a los incrementos de precios registrados desde el año pasado en la tortilla, la leche, el huevo, el pan, entre otros artículos de primera necesidad, y los actualmente aplicados en las tarifas del transporte público, antes de que se dé el llamado “gasolinazo” de enero, vienen otros que empeorarán la economía familiar y esto podría tener un costo social grave.
El secretario general de la Sección 20 de la CTM, Alberto Rodríguez Avila; y el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del estado de Guerrero, José Ramón Díaz Tornez, señalaron que desde el anuncio del aumento a la gasolina, se desató una ola especulativa que desde los primeros días de septiembre derivó en alzas importantes de productos básicos como el huevo (1.86%) la leche pasteurizada (1.28%, significando ello que el precio de este producto ya fuera 25% superior al que tenía un mes antes) y el bolillo, el cual incrementó su precio de 1.20 a 1.50 pesos por pieza.
Para las familias trabajadoras y sus deteriorados salarios, coincidieron ambos dirigentes, estos aumentos son dramáticos porque el consumo de alimentos absorbe el 29.4% de sus ingresos, y de acuerdo a datos de la Profeco, los precios de la canasta básica se incrementaron en un 34.17%, pasando de 818.44 a 1094.14 pesos.
Ello, de acuerdo al Banco de México, representa un incremento 16 veces superior a la inflación general registrada durante el año pasado, pues mientras el salario mínimo se incrementó 1 peso con 85 centavos, la canasta básica se encareció en 275 pesos.
Partiendo de este parámetro, hoy un trabajador tiene que invertir 11.40 horas de trabajo para poder adquirir un kilo de bistec, y para obtener un kilo de tortilla requiere 1.27 horas laborando.
Ramón Díaz Tornez y Alberto Rodríguez externaron su desacuerdo por el incremento de cuatro por ciento a los minisalarios, y llamaron al gobierno y a empresarios a evitar alzas en enero por el incremento a la gasolina, para no generar descontento social, por lo que exigirán la firmar un pacto que evite aumentos de precios.
Al mismo tiempo, demandaron de los gobiernos federal y estatal que, a través de pactos como el que se firmó el año pasado para estabilizar el precio de la tortilla, se obligue a los empresarios, comerciantes y transportistas, a no elevar sus precios y tarifas por encima de lo que aumentaron los salarios mínimos.
Consideraron que la carestía en nuestro país se acrecentará este año, en lugar de disminuir, ya que a los incrementos de precios registrados desde el año pasado en la tortilla, la leche, el huevo, el pan, entre otros artículos de primera necesidad, y los actualmente aplicados en las tarifas del transporte público, antes de que se dé el llamado “gasolinazo” de enero, vienen otros que empeorarán la economía familiar y esto podría tener un costo social grave.
El secretario general de la Sección 20 de la CTM, Alberto Rodríguez Avila; y el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del estado de Guerrero, José Ramón Díaz Tornez, señalaron que desde el anuncio del aumento a la gasolina, se desató una ola especulativa que desde los primeros días de septiembre derivó en alzas importantes de productos básicos como el huevo (1.86%) la leche pasteurizada (1.28%, significando ello que el precio de este producto ya fuera 25% superior al que tenía un mes antes) y el bolillo, el cual incrementó su precio de 1.20 a 1.50 pesos por pieza.
Para las familias trabajadoras y sus deteriorados salarios, coincidieron ambos dirigentes, estos aumentos son dramáticos porque el consumo de alimentos absorbe el 29.4% de sus ingresos, y de acuerdo a datos de la Profeco, los precios de la canasta básica se incrementaron en un 34.17%, pasando de 818.44 a 1094.14 pesos.
Ello, de acuerdo al Banco de México, representa un incremento 16 veces superior a la inflación general registrada durante el año pasado, pues mientras el salario mínimo se incrementó 1 peso con 85 centavos, la canasta básica se encareció en 275 pesos.
Partiendo de este parámetro, hoy un trabajador tiene que invertir 11.40 horas de trabajo para poder adquirir un kilo de bistec, y para obtener un kilo de tortilla requiere 1.27 horas laborando.
Ramón Díaz Tornez y Alberto Rodríguez externaron su desacuerdo por el incremento de cuatro por ciento a los minisalarios, y llamaron al gobierno y a empresarios a evitar alzas en enero por el incremento a la gasolina, para no generar descontento social, por lo que exigirán la firmar un pacto que evite aumentos de precios.
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